INTRODUCCION
Cuidar es una actividad humana que se define
como una relación y un proceso cuyo objetivo va más allá de la enfermedad. Este
artículo presenta los resultados de un estudio cualitativo de tipo descriptivo
interpretativo, realizado con el propósito de comprender cómo representan los
profesionales de enfermería su quehacer profesional.
OBJETIVOS
El objetivo fundamental y esencial dentro de las actividades del
personal de enfermería en la gestión del cuidado se encuentra la entrega y
recibo de turno, ya que consideramos pilar fundamental para determinar las
necesidades de cada uno de los pacientes en la institución( El objetivo
principal es brindarle la mejor calidad de vida para los pacientes y sus
familias)
-Aumentar el desarrollo y el
conocimiento profesional.
-Favorecer una actitud proactiva enfocada a
la calidad y la Gestión por procesos.
-Reducir la ineficiencia.
-Evita que la efectividad de la práctica de Enfermería,
se aleje de la esperada.
-Mejora la calidad Técnica
EL CUIDADO.
La noción de cuidado está vinculada a la preservación o
la conservación de algo o a la asistencia y ayuda que
se brinda a otra persona. El término deriva del verbo cuidar (del
latín coidar).
Enfermería, por otra parte, se
asocia a la atención y vigilancia del estado de un enfermo. La
enfermería es tanto dicha actividad como la profesión que implica realizar
estas tareas y el lugar físico en el que se llevan a cabo.
Los cuidados de enfermería, por lo
tanto, abarcan diversas atenciones que
un enfermero debe dedicar a su paciente. Sus características dependerán del estado
y la gravedad del sujeto, aunque a nivel general puede decirse que se orientan
a monitorear la salud y a asistir sanitariamente al paciente.
Cuando una persona se encuentra internada en un hospital (es
decir, cuando debe pernoctar en el centro de salud), los cuidados de enfermería
incluirán el control del suero, el monitoreo de sus parámetros vitales y el
suministro de los medicamentos indicados por el médico, entre otras tareas.
Los enfermeros también pueden, en algunos casos, desplazarse
hasta el domicilio del paciente para brindarle ciertos
cuidados. Ese es el caso de un enfermero que visita a un anciano para aplicarle
una inyección de manera diaria o para tomarle la presión arterial.
Cabe destacar que, para proporcionar cuidados de enfermería, es
necesario obtener un título que sirva como habilitación. Las
características de la formación y de la titulación dependen de cada país, ya
que la carrera de enfermería puede ser terciaria o universitaria y requerir de
diversas capacidades.
LA IMPORTANCIA DEL CUIDADO DE ENFERMERIA.
El cuidado de los pacientes es la esencia de la profesión de enfermería, el cual se puede definir como: una actividad que requiere de un valor personal y profesional encaminado a la conservación, reestablecimiento y autocuidado de la vida que se fundamenta en la relación terapéutica enfermera-paciente. Sin embargo, existen situaciones que influyen en el quehacer del profesional de enfermería, olvidando en algunos momentos, que la esencia de ésta, es el respeto a la vida y el cuidado profesional del ser humano. Por tal motivo, surge la necesidad de reflexionar acerca de la importancia del cuidado de enfermería, ya que éste repercute y forma parte de la producción de los servicios sanitarios, considerados imprescindibles para conseguir algunos resultados finales tales como, el alta, la satisfacción y menor estancia hospitalaria del paciente, mayor productividad, eficiencia y eficacia del profesional y el mantenimiento de la calidad de la atención, entre otros.
El cuidado de los
pacientes representa una serie de actos de vida que tienen por finalidad y
función mantener a los seres humanos vivos y sanos con el propósito de
reproducirse y perpetuar la vida, de tal forma, el cuidado es mantener la vida
asegurando la satisfacción de un conjunto de necesidades para la persona
(individuo, familia, grupo y comunidad), que en continua interacción con su
entorno, vive experiencias de salud.
LA EXCELENCIA DEL CUIDADO, UN RETO PARA LA ENFERMERIA.
La profesión de enfermería
exige una vocación específica que implica ejercer nuestro trabajo con espíritu
de servicio sin ad mitir la mediocridad, sin admitir las cosas mal hechas;
debemos estar convencidos de la nobleza de nuestro trabajo. No debemos
detenernos simpre en lo fácil sino buscar y enfrentar siempre lo difícil.
Nuestra vocación no debe admitir nunca la rutina en la tarea diaria y no debe haber dos días iguales en el quehacer asistencial, docente y/o in vestigativo.El ideal y el valor del cuidado no son simplemente cosas sueltas, sino un punto de inicio del contacto con el paciente, un estadio, exige una actitud que debe tornarse en un deseo, en una intención, en un compromiso y en un juicio consciente que se manifiesta en actos concretos. El cuidado humano, como un ideal moral, trasciende el acto y va más allá de la acción de la enfermera y produce actos colectivos de la profesión de enfermería que tienen consecuencias importantes para la civilización humana.Cuidar implica conocer a cada paciente, interesarse por él. Interesarse implica, paradójicamente, desinteresarse de uno mismo, algo difícil. Interesarse supone entrar dentro del ser, en este caso dentro del paciente, tener un conocimiento propio de cada uno, un darse cuenta de sus actitudes, aptitudes, intereses y motivaciones y además de sus conocimientos; requiere su manifestación como persona única, auténtica, capaz de generar confianza, serenidad, seguridad y apoyo efectivo. Esto exige entonces un esfuerzo de atención, una concentración que a veces agota más que el esfuerzo físico. Pero el que lo consigue se recrea en ese juego de gran belleza, que si se sabe percibir, consiste en ir descubriendo, poco a poco, un ser cuya riqueza de matices, nunca se acaba de conocer del todo. “Es precisamente ese misterio del ser, en parte conocido, y en parte desconocido, pero siempre inefable, en su unidad, el que debe arrastrar y entusiasmar cada vez más al profesional de enfermería”.La acción real y concreta de cuidado puede trascender el valor y superarlo y es dentro de esa idea que la noción de los valores y las acciones de cuidado pueden ser contagiosas en forma individual y en grupo, si se dan suficientes condiciones. El valor del cuidado se fundamenta en la enfermera creativa cuyo ser es trascendente.Las condiciones necesarias y suficientes para que se dé el cuidado incluyen:• Conciencia y conocimiento sobre la propia necesidad de cuidado.• Una intención de actuar y acciones basadas en el cono cimiento.• Un cambio positivo como resultado del cuidado, juzgado so lamente con base en el bienestar de los demás.Se puede agregar a esto que debe haber un compromiso subyacente de valores y moral para cuidar y un deseo para hacer lo. Dentro de los valores que el profesional de enfermería debe luchar por desarrollar para brindar un excelente cuidado, se encuentran muchos.Sin embargo, es importante resaltar los siguientes:• Calidad considerada tanto desde la vida personal como profesional.Con su desarrollo se pretende que el profesional de enfermería llegue a desarrollar un interés permanente por su crecimiento y esto sólo se logrará con “una auto exigencia constante que la conduzca a ponerle amor y cuidado a lo grande y a lo pequeño, lo cual la conducirá a acabar las cosas bien”.• La dedicación al trabajo permitirá prestar atención al mismo cuidando el orden y adquiriendo tenacidad y constancia en los encargos que se le hagan, con lo cual siempre podrá vencer la pereza y evitar la improvisación en su quehacer. “ Además desarrollará un gran espíritu de cooperación que no es más que la actitud permanente de servicio a los demás” lográndose en últimas una labor de equipo con la que se alcanzará una gran repercusión en el bienestar del paciente, la familia y/o el grupo al que se le brinde cuidado, a la vez que se favorece así el desarrollo de características tales como estimar y valorar a los demás, reconociendo sus capacidades y aportes, con lo cual finalmente se pretende alcanzar el progreso propio y el de los demás.• La alegría debe ser característica esencial del profesional de enfermería. Ante todo debemos tener presente a quién cuidamos, esto no es más que tratar al individuo como persona, centrar en ella nuestra atención sin dejarnos desviar por la patología, el catéter, el equipo, etc. La individualidad es lo que hace que una cosa de la misma naturaleza que otra, difiera de ella en el seno de la misma especie y género. El término persona se orienta hacia el “individuo de la especie humana”, el sentido más común que se da a este término es del “hombre en sus relaciones con el mun do y consigo mismo”. La persona es una totalidad, no una simple suma de cualidades. Desde la perspectiva de la orientación antropológica el paciente no sólo tiene una parte somática, sicológica y sociocultural, “posee también una parte espiritual que le da unidad y lo integra al mundo de los valores y los principios fundamentales de la vida”.Uno de los problemas serios en nuestro cuidado es que en ocasiones tratamos a nuestros pacientes como patologías y no como personas. El ser humano es persona desde el primer momento de su existencia, y como tal ha de ser tratado, respetado por sí mismo, y no puede quedar reducido a puro instrumento en beneficio de otros. El cuidado de todo paciente tiene como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia, y por tanto, deben respetar su vida y su integridad, sin ser expuesto a riesgos.Todos los seres humanos son diferentes en parámetros como peso, color, lenguaje, etc, así como en la forma de pensar, en su historia, la actitud ante su enfermedad, ante los problemas y ante la toma de decisiones sobre los mismos. Sin embargo, por tener en común la condición humana, todos tenemos los mismos derechos fundamentales. El primero de esos derechos protege la vida y la integridad física.
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